viernes, 20 de abril de 2012

Guajara y Tinguaro



Guajara: esposa del líder guanche Tinguaro, muerto el 14 de noviembre de 1494 por el soldado castellano Martín Buendía en la Batalla de Aguere. Su existencia está delimitada por la tradición oral, la leyenda y por algunas referencias históricas.

La tradición oral describe que Guajara era hija del mencey Beneharo II de Anaga y que se casó con Tinguaro ( hermano del mencey Bencomo ) naciendo de esta unión tres hijas y un hijo.

En la Batalla de Aguere, Tinguaro muere a manos de un castellano. Este suceso se superpone en algunos historiadores con el de la muerte, un par de horas más tarde, del propio Bencomo , mencey o rey de Taoro. Además entra en conflicto con lo narrado por algún historiador, según el cual Tinguaro muere en Taoro a los dos días de la batalla, a consecuencias de sus heridas.
En la versión histórica más asentada, después de muerto Tinguaro en Aguere, Alonso Fernández de Lugo, que capitaneaba las fuerzas castellanas, ordena que le corten la cabeza. Puesta en una pica, es llevada al campo enemigo. Sus guerreros la recogen para honrarla con una ceremonia fúnebre, dirigiéndose la comitiva presidida por Guajara al reino o menceyato de Taoro.
Cuenta la tradición que Guajara, enloquecida de dolor tras la muerte del príncipe en la batalla de Aguere, se refugió en la cueva de Martiánez, en el norte de la isla, en el actual Puerto de la Cruz, por ser dicha cueva considerada como un remanso de paz. A pesar de ello, creyendo que Tinguaro descansaba en los brazos de Guacimara, huyó de la cueva. Después de vagar sin rumbo, desesperada, tomó la decisión de precipitarse desde la cima de una montaña.,conocida hoy como el Alto de Guajara.

Tinguaro (o Chimechia, según las fuentes) es el nombre por el que algunos historiadores conocen al hermano (o hermanastro) de Bencomo, líder de la resistencia guanche ante la conquista de Tenerife y de las Islas Canarias por parte de la Corona de Castilla.

Se trata de un personaje a mitad de camino entre histórico y de leyenda, acerca del cual muchos historiadores sostienen versiones contrapuestas, algunas incluso negando su existencia.

Tinguaro era el hermano o hermanastro (según también sea la fuente consultada) del mencey de Taoro, el líder Bencomo, y tuvo un papel decisivo en la Primera Batalla de Acentejo, la denominada también Matanza de Acentejo, y en todos los enfrentamientos del bando de guerras, o alianza contra los castellanos, comandados por Alonso Fernández de Lugo, hasta su muerte, frente al mismo de Lugo, en la Batalla de Aguere.

El primer enfrentamiento con las tropas castellanas (Primera Batalla de Acentejo), mayo de 1494), vino a producirse cerca de Acentejo, en el fondo del barranco del mismo nombre, en el punto por donde hoy discurre el Camino de Santo Domingo, y en la que los españoles se apoyan por vez primera en sus alianzas con los guerreros de Güimar y de Gran Canaria. Los españoles llevaban consigo todo el ganado que habían ido recogiendo en su marcha desde el real situado en lo que hoy es Santa Cruz de Tenerife, lugar desde donde habían partido en incursión hacía el interior de la isla. Tinguaro les esperaba con 300 guerreros en los altos del barranco, que provocaron con sus silbos y lluvia de piedras una espantosa desorganización en las huestes castellanas, impedidas en una defensa efectiva por los movimientos del ganado robado, siendo finalmente masacradas por los 2.000 guerreros de refresco que acompañaban a Bencomo y que cerraron la salida del barranco.

Meses después, el 14 de noviembre del mismo año, Tinguaro vuelve a oponerse, al lado de Bencomo, a las tropas de Lugo, en lo que se denomina Batalla de Aguere o de La Laguna.
El campo que cubría el ejército guanche abarcaba desde donde hoy está edificada la ermita de San Cristóbal de la Laguna hasta la Cruz de Piedra. El centro estaba mandado por Bencomo, el ala derecha por Acaymo, rey de Tacoronte y el ala izquierda por el mismo Tinguaro. La batalla debió celebrarse en el llano que hoy ocupa el llamado Barrio del Timple, Barrio Nuevo o Viña Nava y la Urbanización de la Verdellada.
La vanguardia española constituida por arcabuceros y ballesteros desordenó las filas guanches, y después entraron en acción los piqueros y caballeros, hiriendo y matando a los fugitivos. El ala izquierda de Tinguaro fue arrollada por la caballería castellana.

Ya herido Tinguaro durante la batalla, continuó defendiéndose en la falda del cerro que subía desde el llano a los altos de La Laguna, acosado por los soldados de a caballo. Ascendía cerro arriba con rapidez, pero en lo alto del repecho surge Martín Buendía, soldado español que seguramente procedía directamente del real de Santa Cruz, a través del barranco de Santos (al pie del real castellano) que continuando por el del Drago lo une con los altos de La Laguna, y con la pica en alto se dirige al encuentro del príncipe guanche. Tinguaro, mal herido y débil por la sangre que perdía, le habla en guanche para advertirle que era príncipe, pero el castellano le atraviesa con la pica. Este suceso se superpone en algunos historiadores con el de la muerte, un par de horas más tarde, del propio Bencomo y además entra en conflicto con lo narrado por algún historiador, según el cual Tinguaro muere en Taoro a los dos días de la batalla, a consecuencias de sus heridas. Igualmente se pone en duda el nombre de su matador, e incluso que fuera castellano, adjudicando algunos historiadores a Buendía la muerte de Bencomo, y no la de Tinguaro.
Espinosa cita al respecto:
Entre otros peleó ese día valentísimamente el rey de Taoro, porque con una alabarda, dicen se defendió de siete hombres de a caballo, y al cabo se escapó dentre ellos y se subió por la cuesta de San Roque. Mas aunque destos se escapó, no pudo escaparse de un fulano de Buendía, que sin conocerlo ni saber que era rey (aunque él en su lengua se lo decía ser el Mencey, que es rey), como no lo entendiese, no le valió su reinado, que le pasó con la lanza en un barranquillo estrecho, do quedó….
Después de muerto Tinguaro, su cadáver fue trasladado al real de los españoles para comprobar si era el famoso capitán que tanto estrago hizo en la Primera Batalla de Acentejo. Tantos fueron los golpes que recibió el cadáver, que el rostro y el cuerpo quedaron muy desfigurados, no pudiendo afirmar los prisioneros guanches si era Tinguaro o Bencomo. El Adelantado, en la duda de si era uno u otro, ordena que le corten la cabeza y puesta en una pica la lleven al campo enemigo. Sus familiares y amigos la recogieron para honrarla con fúnebres exequias; la comitiva se dirigió al reino o menceyato de Taoro, acompañada de Guajara, esposa del príncipe. La muerte de su hermano o hermanastro supuso según algunos historiadores un golpe final a la resistencia de Bencomo, que murió escasas horas después, atravesado en la huida por una pica castellana, aunque este hecho también ha sido controvertido entre los historiadores.

Tinguaro era hijo de Quebehi Imobach, nieto de Betenuhya y biznieto de Tinerfe, "El grande". Tenía un hermano, Bencomo, junto el cual luchó durante la conquista castellana de Tenerife. Él se casó con Guajara y tuvieron cinco hijos bautizados como Ana Hernández Pérez, Pedro Hernández, Francisca Pérez, Inés Pérez y Juana Pérez.

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